Una vez en el salon aparecen otros factores que lejos de calmar favorecen el incremento del nivel de estres.
Las circunstancias negativas bajo el punto de vista del animal e inherentes al servicio de peluquería pueden ser:
Olores
extraños y amenazadores que debido a su fino sentido del olfato el
perro detecta en el ambiente, olores a perros presentes o pasados
imposibles de ocultar a la nariz canina en un entorno reducido.
Extraños que lo separan de su dueño de forma abrupta y sin presentacion ni protocolo de calma previo.
Ruidos estridentes producidos por la maquinaria.
Calor sobre todo en verano que les puede resultar asfixiante.
Concentracion en un espacio reducido de animales sin costumbre.
Manejo incorrecto por parte de las persona dedicadas a su cuidado
generalmente causado por la escasa comprensión o empatía que favorecen
los metodos tradicionales basados en el dominio mediante la inposición y
el castigo y la escasa o inexistente formación profesional que genera una frustación personal que favorece un comportamiento brusco y desagradable.
Invasión del area de seguridad o crítica, de ese espacio personal y reducido que todos los animales (incluidos nosotros) reservamos exclusivamente para nuestros allegados o aquellos en quienes confiamos.
Es en estos posibles factores de estres en los que nosotros los peluqueros caninos debemos actuar, podemos atenuar, modificar o eliminar todos los metodos de trabajo y comportamientos que favorezcan el estres en perros y en personas además de favorecer aquellos que transmitan calma y confianza.
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